5 de diciembre de 2011


Los adultos están siempre preguntando a los niños qué quieren ser de mayores, porque están buscando ideas.

3 de diciembre de 2011


Si no cometes errores, es que los problemas con los que estás lidiando no son lo suficientemente difíciles. Y ése es un gran error.


9 de septiembre de 2011

Swami Parthasarathy; maestro de vedanta; exégeta de los antiguos Vedas.

Una cultura basada sólo en los derechos individuales no lleva a la armonía personal ni colectiva, porque, quien es educado en la convicción de que tiene derecho a todo siempre encuentra motivos para la queja.


¿Y no es así?

Al contrario: si vives convencido de que tienes todos los derechos, crees que la única razón de tu insatisfacción es que alguien no te los ha dado. Y de ese modo pierdes la oportunidad de tener responsabilidades. Y, por ello, eres desgraciado, porque pierdes el control sobre tu propia existencia.


¿Por qué?

Porque si sólo crees tener derechos, la causa de tu insatisfacción no está en ti mismo, sino en los demás, en algo que otros no te dan. Y, al pensar así, te conviertes en un niño mimado y dependiente al que por mucho que se le dé todo, siempre le faltará algo.


¿La cultura de los derechos es también la de la queja y la insatisfacción?

Exactamente. Por eso Occidente siempre se queja y por eso ustedes siempre están insatisfechos por mucho que tengan.


Ahora tal vez tengamos motivos.

Todo está relacionado. La cultura de la queja es la razón de la decadencia de Occidente. Porque, además de insatisfechos, esa cultura de los derechos individuales sin ninguna responsabilidad social también los hace a ustedes egoístas e improductivos.


También esa cultura nos hacía –hasta ahora– más prósperos que nadie.

El tiempo ha puesto las cosas en su sitio y cuando, por fin, en la India y Asia nos hemos liberado de su colonialismo, nuestro sentido de la responsabilidad nos ha permitido volver a ser prósperos.


¿Cómo?

La India y toda Asia y sus sociedades colectivistas están basadas en el sentido del deber hacia los demás: el pueblo, la familia, la sociedad. Por eso ahora ya estamos compitiendo con ustedes en el terreno económico.


No sé si veo la relación...

Una sociedad como la occidental, basada en la continua reclamación de derechos, los condena a la queja. Y los culpables siempre son los demás: el Estado, el empresario, tu familia, los políticos, el municipio... Pero lo peor es que, de ese modo, dejas la responsabilidad de tu vida a alguien que no eres tú. Tú deberías ser, en cambio, quien decidiera sobre tu propia satisfacción.


¿Cómo recuperas la iniciativa?

Dando. Basando tu vida en las obligaciones y las responsabilidades. Eso volvería a hacerlos más productivos a ustedes los occidentales. Porque, para que te den algo que crees merecer, sólo tienes que ser lo suficiente insistente y hasta quejica, y tal vez te lo acaben dando. Pero para poder dar algo a los demás, antes tienes que haberlo producido y creado, y después ser generoso.

Dar no es la cultura imperante aquí.

Si fundas tu existencia en la responsabilidad y la generosidad de dar, recuperas el control sobre tu propia existencia. Porque dar depende sólo de ti; recibir te pone a merced de los demás. Si fundas tu familia sólo para recibir amor y derechos, nunca obtendrás bastante y acabarás abandonándola.


¿Por qué?

Porque el único modo de lograr tener una familia duradera es vivir para dárselo todo. Mi única mujer y yo llevamos 58 años casados...Y felices. Porque nunca pensamos en lo que nos debe el otro, sino en lo que podemos darle a él y a nuestros hijos. El día en que piensas más en lo que recibes que en lo que das, la familia deja de tener ningún sentido. Nunca te dará bastante.


¿Esa actitud requiere tener religión?

Es universal y eterna en el ser humano que se conoce. Las civilizaciones que progresan están fundadas en la generosidad, en personas que trabajan, crean y dan a los demás.


Adam Smith creía que los egoísmos individuales arbitrados en mercados eficientes crean prosperidad colectiva.

Ese tipo de actividad puede darte prosperidad, pero no paz interior. No es que la prosperidad sea mala en sí, pero si no va acompañada de crecimiento interior, no satisface a nadie. Al contrario, esa hiperactividad te estresa, y te vuelve engreído e intratable.


¿Por qué?

Porque el único placer real que da ganar algo es poder compartirlo. Lo descubre el vedanta desde hace milenios. Y de él bebieron Platón, Sócrates, Jesucristo y Mahoma. Y miles de maestros de todas las culturas.


¿En qué consiste?

No hace falta una fe ciega ni ascetismo ni grandes revelaciones. Llegará a esa verdad por su propio sentido común. No se trata de ser santo, sino simplemente sensato.


¿Disciplina mental?

Madurez. Y no me refiero a la acumulación de conocimiento, sino a sabiduría vital. El placer, por ejemplo, lleva aparejado el desplacer. Si usted bebe por placer, acabará sufriendo por la bebida, a menos que aprenda a controlar su deseo –es la neutralización– y madure hasta descubrir que beber menos es la mejor forma de disfrutarlo más.


También depende de con quién bebas.

La causa de una relación mala no está en el otro, sino en tu propia actitud. El defecto no está en el amigo, el coche, la casa, la esposa... sino en ti mismo, en tu actitud hacia ellos. Todo conflicto de relación es una oportunidad para estudiarte y corregirte. Antes de quejarse de los demás, estúdiese y verá que el problema está en usted.

La Vanguardia

10 de junio de 2011

Indignarse no es suficiente: hay que ser más inteligente

Es difícil creer que la democracia se esté extendiendo por el planeta, árabes incluidos, sólo porque es moralmente superior a otras formas de gobierno. Por eso resulta tan oportuna la cita de Innerarity –pensador sistémico– del teorema que demuestra su mayor eficacia como mecanismo de decisión frente a los gobiernos de élite o del puro y arcaico ordeno y mando. Hoy, en la sociedad del conocimiento, la democracia es simplemente la manera más eficaz de convertir la inteligencia colectiva en decisiones acertadas. En esta era de redes sociales y movilización permanente, más que de tener un gobierno de los mejores, se trata de gobernar mejor entre todos. Y con indignarse no basta.

¿Qué pasa?
La sociedad está dividida entre los que defienden sus valores sin tener en cuenta la realidad y los que gestionan la realidad sin tener valores.
Por ejemplo.
¿Usted es de derechas o de izquierdas?

Dígamelo usted.
En un atasco, los de derechas dicen: “Aquí falta un guardia”; y los de izquierdas: “¡Menudo atasco está causando el guardia!”.

¿Y la realidad de qué partido es?
Es postheroica: ya no requerimos grandes líderes clarividentes que nos dirijan...

Tampoco es que sobren.
Porque no hacen falta. La sociedad ya no tiene un centro de decisiones que requiera un hombre providencial al mando.

Ya no basta con controlar el telediario.
La pretensión de controlar la sociedad está anticuada, porque hoy es incontrolable, pero sí se puede gobernar, que es otra cosa.

Los progres dicen transformarla.
Es otro modo de decir que te quieren imponer sus propias ideas de progreso.

¿Cómo se gobierna hoy?
Quien gobierna hoy no es quien impone sus ideas a una sociedad que controla, sino quien articula lo que esa sociedad quiere.

Un médium más que un líder.
Los gobernantes deben dinamizar un gobierno cooperativo que sepa convertir la inteligencia colectiva en decisiones.

“Inteligencia colectiva”: ¿es una tautología o un oxímoron?
Hoy es una tautología, porque inteligencia ya es lo mismo que colectiva y lo que sólo sabe uno es como si no lo sabe nadie.

El genio en su montaña ya no sirve.
En la sociedad del conocimiento, la inteligencia es una red sin centro. Y en ella no sobrevive el más sabio, sino quien es capaz de aprender más cosas más deprisa...

O por lo menos lo intenta.
... Y la democracia es el modo más eficaz de gobierno de ese sistema.

¿Por qué?
Porque en ella los mediocres acaban componiendo una sociedad colectivamente más inteligente que cualquiera de sus miembros.

Hoy la democracia se impone a las oligarquías incluso en el mundo árabe.
Porque, como demuestran los teoremas sistémicos: cuando personas muy diversas –y con diversos grados de inteligencia– deliberan colectivamente, toman decisiones más acertadas que las acordadas por un grupo de personas más uniformes, aunque tengan mayor grado individual de inteligencia.

Es el fin de las élites.
Por eso la pretensión de un gobierno de los mejores, la aristocracia, es hoy inútil, porque la sociedad del conocimiento es inteligente en red, no en jerarquía, y por eso, si está bien articulada, la democracia proporciona mejores decisiones que las élites.

Si está bien articulada...
Gobernar es precisamente articularla: evitar fenómenos como el atasco de tráfico, donde la agregación de miles de pequeñas decisiones individuales racionales para llegar más rápido, al final provocan el desastre de que todos lleguemos tarde.

Lo mismo pasa en la crisis económica.
Gobernar es ser más inteligentes que las crisis y evitar que la euforia del auge –millones de decisiones individuales racionales de compra– no acabe en la depresión –millones de decisiones racionales de venta– con la que nos arruinamos todos.

¿Cómo?
Evitar el cortoplacismo, que conduce al atasco y las crisis; no confundir el ajetreo con el avance ni el ruido con la comunicación. Gobernar es cooperar en la estrategia, la planificación con visión de futuro y huir de la improvisación y el tacitismo miope.

No es fácil.
Yo también deploro la crítica fácil del tertuliano al uso. Gobernar es mucho más complejo que mandar y controlar. El fracaso de la política hoy es consecuencia del fracaso del conocimiento: los políticos sufren de rigidez cognitiva: no entienden el cambio.

¿Y a quién pedimos responsabilidades?
El gran reto en una sociedad en red es dirimir responsabilidades y atribuirlas. Hay que repensarlas, porque se diluyen igual que la propiedad privada: ¿se ha fijado cómo avanzan los fenómenos de piratería?

En la red parece que no hay culpables.
Es el peligro de esa dictadura de millones de pequeñas decisiones individuales racionales... Que nos llevan al atasco y el colapso.

También demasiados quisieron especular: con pisos y fondos complejísimos.
El sistema financiero es hoy más inteligente que el político y hasta que los gobernantes no lo entiendan a fondo no lo podrán gobernar y por eso hoy va por delante, gobernándonos a todos: es otro fracaso cognitivo.

¿Nos indignamos?
No es suficiente, es necesario que seamos todos más inteligentes. No se trata de tener líderes brillantísimos –¿cuántas organizaciones repletas de genios funcionan fatal?–, sino de ser sociedades más eficaces que resuelvan de forma efectiva y pacífica sus conflictos y tengan reglas equitativas que distribuyan el trabajo y el bienestar.

¿Cómo llegar a ser más inteligentes?
Más que llegar a saber, se trata de no dejar de aprender: así que huya de cualquier organización en la que sea el más listo. Abandone cualquier aula, claustro, redacción, partido político o relación humana en la que no esté aprendiendo.

Daniel Innerarity, dirige Globernance, Instituto de Gobernanza Democrática

01/06/2011 La Vanguardia


25 de abril de 2011

Manderlay y la Democracia

Mousa Agassarid (Tuareg)

No sé mi edad: nací en el desierto del Sahara, sin papeles. Nací en un campamento nómada Tuareg entre Tombuctú y Gao, al norte de Mali. He sido pastor de los camellos, cabras, corderos y vacas de mi padre. Hoy estudio Gestión en la Universidad Montpellier. Estoy soltero. Defiendo a los pastores Tuareg. Soy musulmán, sin fanatismo.

¡Qué turbante tan hermoso...!

-          Es una fina tela de algodón: permite tapar la cara en el desierto cuando se levanta arena, y a la vez seguir viendo y respirando a su través.

Es de un azul bellísimo...

-          A los Tuareg nos llamaban los hombres azules por esto: la tela destiñe algo y nuestra piel toma tintes azulados...

¿Cómo elaboran ese intenso azul añil?

-          Con una planta llamada índigo, mezclada con otros pigmentos naturales. El azul, para los Tuareg, es el color del mundo.

¿Por qué?

-          Es el color dominante: el del cielo, el techo de nuestra casa.


¿Quiénes son los Tuareg?

-          Tuareg significa "abandonados", porque somos un viejo pueblo nómada del desierto, solitario, orgulloso: "Señores del Desierto", nos llaman. Nuestra etnia es la amazigh (bereber), y nuestro alfabeto, el tifinagh.

¿Cuántos son?

-          Unos tres millones, y la mayoría todavía nómadas. Pero la población decrece... "¡Hace falta que un pueblo desaparezca para que sepamos que existía!", denunciaba una vez un sabio: yo lucho por preservar este pueblo.

¿A qué se dedican?

-          Pastoreamos rebaños de camellos, cabras, corderos, vacas y asnos en un reino de infinito y de silencio...

¿De verdad es tan silencioso el desierto?

-          Si estás a solas en aquel silencio, oyes el latido de tu propio corazón. No hay mejor lugar para hallarse a uno mismo.

¿Qué recuerdos de su niñez en el desierto conserva con mayor nitidez?

-          Me despierto con el sol. Ahí están las cabras de mi padre. Ellas nos dan leche y carne, nosotros las llevamos a donde hay agua y hierba... Así hizo mi bisabuelo, y mi abuelo, y mi padre... Y yo. ¡No había otra cosa en el mundo más que eso, y yo era muy feliz en él! 

¿Sí? No parece muy estimulante. ..

-          Mucho. A los siete años ya te dejan alejarte del campamento, para lo que te enseñan las cosas importantes: a olisquear el aire, escuchar, aguzar la vista, orientarte por el sol y las estrellas... Y a dejarte llevar por el camello, si te pierdes: te llevará a donde hay agua.

Saber eso es valioso, sin duda...

-          Allí todo es simple y profundo. Hay muy pocas cosas, ¡y cada una tiene enorme valor!

Entonces este mundo y aquél son muy diferentes, ¿no?

-          Allí, cada pequeña cosa proporciona felicidad. Cada roce es valioso. ¡Sentimos una enorme alegría por el simple hecho de tocarnos, de estar juntos! Allí nadie sueña con llegar a ser, ¡porque cada uno ya es!

¿Qué es lo que más le chocó en su primer viaje a Europa?

-          Vi correr a la gente por el aeropuerto... ¡En el desierto sólo se corre si viene una tormenta de arena! Me asusté, claro...

Sólo iban a buscar las maletas, ja, ja...

-          Sí, era eso. También vi carteles de chicas desnudas: ¿por qué esa falta de respeto hacia la mujer?, me pregunté... Después, en el hotel Ibis, vi el primer grifo de mi vida: vi correr el agua... y sentí ganas de llorar. 


Qué abundancia, qué derroche, ¿no?

-          ¡Todos los días de mi vida habían consistido en buscar agua! Cuando veo las fuentes de adorno aquí y allá, aún sigo sintiendo dentro un dolor tan inmenso...

¿Tanto como eso?

-          Sí. A principios de los 90 hubo una gran sequía, murieron los animales, caímos enfermos... Yo tendría unos doce años, y mi madre murió... ¡Ella lo era todo para mí! Me contaba historias y me enseñó a contarlas bien. Me enseñó a ser yo mismo.

¿Qué pasó con su familia?

-          Convencí a mi padre de que me dejase ir a la escuela. Casi cada día yo caminaba quince kilómetros. Hasta que el maestro me dejó una cama para dormir, y una señora me daba de comer al pasar ante su casa.... Entendí: mi madre estaba ayudándome...

¿De dónde salió esa pasión por la escuela?

-          De que un par de años antes había pasado por el campamento el rally París-Dakar, y a una periodista se le cayó un libro de la mochila. Lo recogí y se lo di. Me lo regaló y me habló de aquel libro: El Principito. Y yo me prometí que un día sería capaz de leerlo...

Y lo logró.

-          Sí. Y así fue como logré una beca para estudiar en Francia.

¡Un Tuareg en la universidad...!

-          Ah, lo que más añoro aquí es la leche de camella... Y el fuego de leña. Y caminar descalzo sobre la arena cálida. Y las estrellas: allí las miramos cada noche, y cada estrella es distinta de otra, como es distinta cada cabra... Aquí, por la noche, miráis la tele.

Sí... ¿Qué es lo que peor le parece de aquí?

-          Tenéis de todo, pero no os basta. Os quejáis. ¡En Francia se pasan la vida quejándose! Os encadenáis de por vida a un banco, y hay ansia de poseer, frenesí, prisa... En el desierto no hay atascos, ¿y sabe por qué? ¡Porque allí nadie quiere adelantar a nadie!

Reláteme un momento de felicidad intensa en su lejano desierto.

-          Es cada día, dos horas antes de la puesta del sol: baja el calor, y el frío no ha llegado, y hombres y animales regresan lentamente al campamento y sus perfiles se recortan en un cielo rosa, azul, rojo, amarillo, verde...

Fascinante, desde luego...

-          Es un momento mágico... Entramos todos en la tienda y hervimos té. Sentados, en silencio, escuchamos el hervor... La calma nos invade a todos: los latidos del corazón se acompasan al pot-pot del hervor...

Qué paz...

-          Aquí tenéis reloj, allí tenemos tiempo.




26 de marzo de 2011

Cert.

Cert. Fa temps que no escric rés. No podia. No tenia paraules a la superfície. Estaven trasbalsades.

Feia molt de temps que una experiència artística no em tocava de ple. Des de Rompiendo las olas de Lars Von Trier, per ser mes precís. Ara, casi un mes desprès d’haver acabat el visionat de las cinc temporades de A dos metros bajo tierra, començo a recuperar-me d’aquesta obra d’art, tant plena de vida y de mort. 

Cert. Fa temps que no escric rés. Però es que estava canviant de pell, d’ulls, de paraules...


20 de febrero de 2011

Francesco Tonucci i l'Educació infantil



Santa Claus: Notas sobre una representación colectiva

"La investigación histórica ha ido arrojando dudas crecientes sobre ese mito popular que dice que es una creación de los colonos holandeses en New Amsterdam. (...) De lo que hay evidencia, es de que Santa es la creación auto-consciente de individuos comprometidos en crear una nueva cultura americana. Eran hombres como John Pintard, responsable igualmente de establecer el Nacimiento de Washington y el Cuatro de Julio como días de fiesta nacional, y quen situó a San Nicolás en un lugar preeminente al organizar la Sociedad histórica de New York; Washington Irwing, quien asoció al santo con los colonos holandeses en su Knickerbocker's history of New York (1809) creando un mundo sentimental mítico lleno de campesinos y burgueses holandeses tipo Disney; Clement Moore... y Robert W. Weir, profesor de dibujo en la Academia militar de West Point, quien en 1837 pintó a Santa Claus en el momento de salir a través de la chimenea. Como tal, Santa parece ser una pieza menor del gran esfuerzo por fabricar mitos americanos en torno a la Guerra de la Independencia y sus postrimerías y que acabó creando la carta magna ideológica para la nación recién fundada"
(...) el mito de Santa Claus en América es parte y parcela de un complejo ideológico mayor que rige las relaciones entre los adultos y los niños. Por un lado, los americanos crean un mundo especial para sus hijos, distinto del mundo de los adultos... Por otro lado, el mundo de la infancia es definido culturalmente como Edad Dorada.(...)


El mundo de los adultos en América se basa en realidades culturalmente inducidas de competición interpersonal (...) Por eso el descubrimiento de que Santa Claus no existe tiene un significado más profundo. Es el equivalente americano del pecado original en el que cayó Adán cuando tomó en su mano la manzana del árbol del conocimiento. Porque saber que Santa Claus es un fraude es saber que la infancia y la economía mágica de la infancia son sueños y que la verdadera realidad es la del mundo de los adultos, en el que los hombres se enfrentan unos a otros en una competencia que no tiene fin"

Eric R. Wolf

9 de febrero de 2011

La lluvia, no el político, limpiará el aire.


Seamos realistas: los ciudadanos que padecen alergia o asma y que estos días en Madrid y en Barcelona sufren molestias que se aguanten. O que recen. Que recen para que llueva. Porque hasta que eso ocurra la situación solo va a empeorar. El coche es intocable y ninguno de los alcaldes de las grandes urbes se van a enfrentar a él. Y menos a tres meses de las elecciones municipales.

En 9 febrero de 2006, hace exactamente cinco años, Madrid se encontraba sometido a un anticiclón que disparó la contaminación. Ese día, el Consistorio recomendó en su web que los ciudadanos no hicieran deporte al aire libre. Eran los tiempos en los que se alcanzaban niveles de alerta, cosa que ya no ocurre, entre otras cosas porque el Ayuntamiento movió las estaciones de medición de calles con tráfico a jardines.

El alcalde de Madrid, el popular Alberto Ruiz-Gallardón, compareció entonces en rueda de prensa para dar respuesta a la preocupación por la contaminación. Y lo hizo a lo grande: anunció un plan de 501,8 millones de euros para limitar el acceso al centro de los coches más sucios. Claro que entraría en vigor en 2008, después de las municipales de 2007. "Es un buen plan, y por eso creemos que, gobierne quien gobierne a partir de 2007, seguirá aplicándolo. Pero es que, además de bueno, es obligatorio. Tenemos que tomar medidas ya para cumplir en 2010 la normativa europea de calidad del aire", declaró Gallardón.

Del plan de red de carriles-bici y de la restricción de tráfico nunca más se supo hasta que, en noviembre pasado, Gallardón anunció que cortará el tráfico en el centro... pero de nuevo después de las elecciones municipales de mayo.

El Ayuntamiento de Madrid considera que en una época de crisis limitar el acceso a Madrid del millón de personas que se desplazan diariamente con sus vehículos a la capital dañaría la ciudad y a sus comerciantes. Hace cinco años la economía galopaba.

No es un caso único. El Ayuntamiento de Barcelona, con un alcalde socialista, anunció ayer que no limitará el tráfico. La concejal de medio ambiente, Imma Mayol (ICV), descartó la posibilidad de restringir el acceso de vehículos. Es cierto que el nivel de contaminación que Barcelona sufre estos días sigue lejos del de Madrid.

El tripartito catalán sí aplicó una medida controvertida: limitar a 80 kilómetros por hora el tráfico en los accesos a Barcelona para luchar contra la contaminación. La decisión le supuso un desgaste y fue utilizada por el convergente Artur Mas en su campaña hacia la Generalitat. La limitación solo sobrevivirá unos días: en cuanto llueva, cosa que ocurrirá previsiblemente el fin de semana, se suprimirá por un límite variable. "Aunque insuficiente, la limitación de velocidad ha sido eficaz. Dudo que otras iniciativas obtengan los mismos resultados", razonó José María Baldasano, catedrático de la Universidad Politécnica de Cataluña.

Antonio Serrano, catedrático de Ordenación del Territorio y numero dos del Ministerio de Medio Ambiente con Cristina Narbona, recuerda innumerables charlas sobre el tema: "He hablado con 40.000 alcaldes a los que les pedíamos que limitaran el tráfico. La mayoría decía que sabían que había que hacerlo, pero que mejor después de las elecciones. Lamentablemente es así".

El catedrático de Ciencia Política de la Universidad de Málaga Ángel Valencia Sáiz no cree que esta política de mirar al cielo para defender la salud pública, cueste votos. Al contrario. "Los conductores españoles no están dispuestos a dejar el coche en casa. Si la contaminación cuesta votos, cerrar el tráfico costaría más". Valencia es coautor del estudio Ciudadanía y conciencia medioambiental en España, publicado por el Centro de Investigaciones Sociológicas en noviembre pasado. Allí muestra que solo el 10% de los españoles se muestra dispuesto a "usar menos el automóvil por cuestiones ambientales", frente al 17% de media de la UE y el 25% de Francia, por ejemplo.

Durante la primera semana de anticiclón, el alcalde de Madrid y su concejal de Medio Ambiente, Ana Botella, restaron importancia a la persistente contaminación. Así, la prensa ilustraba sus declaraciones de que todo era una campaña del Gobierno contra ellos con espectaculares imágenes del skyline de la ciudad bajo una boina negra.

Finalmente, el lunes el Ayuntamiento pidió a los conductores que al día siguiente cambiasen el coche por el transporte público. Fue un fracaso: en la M-30 (la autovía urbana que circunvala Madrid y cuyo soterramiento ha costado 6.000 millones) el tráfico cayó ayer un absurdo 0,23% respecto al día anterior. Gallardón insistió ayer en que la recomendación a la población era producto de su concienciación, porque ni se había alcanzado el nivel de aviso y que lo hizo para evitar tener que tomar "medidas más drásticas".

El protocolo establecido por el mismo Ayuntamiento hace casi imposible que se alcancen los niveles de alerta. Para ello se deben superar 400 microgramos de NO2 -un gas irritante producto del tráfico- en todas las estaciones de una misma zona (de las seis en las que está dividida la capital) durante tres horas. Por ejemplo, hay una estación en la Casa de Campo que salvo catástrofe no alcanzará esa contaminación, lo que impide que todo un barrio pueda sufrir un nivel de alerta.

Gallardón pidió al Gobierno que reforme la fiscalidad del automóvil para penalizar a los coches diésel, los más vendidos y más contaminantes. En 2007, una amplia mayoría del Congreso acordó reformar el impuesto de circulación para que los Ayuntamientos pudieran gravar los coches en función de la contaminación (actualmente se gravan según los indescifrables caballos fiscales). El Ministerio de Medio Ambiente y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) han pedido a Hacienda que cambie le ley. Sin éxito. Los responsables económicos del Gobierno no han tenido el medio ambiente como prioridad los últimos años.

La ministra de Medio Ambiente, Rosa Aguilar, convocó ayer por la tarde al presidente de la FEMP a una reunión urgente para afrontar la contaminación y abordar "todas las medidas posibles", lo que incluye el cambio fiscal. La cita será el jueves. El Gobierno también enterró la Ley de Movilidad Sostenible, que debía obligar a las empresas a disponer de un sistema de transporte colectivo.

Bajo el cielo negro, Gallardón hizo gala de ecologismo. "Tengo el honor de ser el único alcalde de España cuyo coche oficial es un vehículo híbrido enchufado", remató en un acto sobre los vehículos eléctricos.

Ecologistas en Acción, la ONG que más audita la contaminación en España, consideró que el discurso de Gallardón es insostenible: "Se da la paradoja de que en Madrid ya hay estaciones que han superado el valor límite horario legal para todo un año [...] mientras que ni siquiera se alcanza el nivel de aviso municipal".
En septiembre de 2006, el obispo de Murcia retomó la tradición centenaria de las rogativas pro pluvia, rezos multitudinarios para pedir al cielo que acabase con las sequías. Es el recurso que les queda a ecologistas, neumólogos, epidemiólogos y ciudadanos preocupados por el cielo que cubre sus cabezas.

Rafael Méndez. El País, 09/02/2011

27 de enero de 2011

Los ciudadanos opinan que la corrupción ha empeorado y quieren hacer algo al respecto, según el Barómetro Global de la Corrupción 2010 de Transparencia Internacional.


Seis de cada diez personas en todo el mundo afirma que la corrupción ha aumentado en los últimos tres años, y una de cada cuatro informa haber pagado sobornos en el último año. Estas son las conclusiones del Barómetro Global de la Corrupción 2010, una encuesta mundial de opinión pública sobre corrupción lanzada hoy por Transparency International (TI) en el Día Internacional contra la Corrupción.

Las opiniones más negativas sobre las tendencias de corrupción se observan en Europa y América del Norte, donde el 73% y el 67% de las personas, respectivamente, creen que esta ha aumentado en los últimos tres años.

A pesar de estos resultados desalentadores, la encuesta también puso de manifiesto que 7 de cada 10 personas estarían dispuestas a denunciar hechos de corrupción.

“Las consecuencias de las crisis financieras continúan afectando la opinión de las personas sobre la corrupción, en particular en Europa y América del Norte. Las instituciones de todo el mundo deben actuar con determinación para restablecer las buenas prácticas de gobierno y la confianza”, afirmó Huguette Labelle, Presidenta de Transparency International. “Resulta alentador que tantas personas estén dispuestas a hacer frente a la corrupción y hay que aprovechar esto”.

El Barómetro Global de la Corrupción 2010 encuesta a más de 91.000 personas en 86 países y territorios. Se centra en los hechos de soborno administrativo, las percepciones que se tiene de las instituciones públicas y en quiénes confían los encuestados para combatir la corrupción.

La encuesta mostró que en los últimos 12 meses, una de cada cuatro personas había pagado sobornos a una de entre nueve instituciones y servicios como salud, educación o impuestos. Los encuestados señalaron a la policía como la institución que recibe sobornos con mayor frecuencia, y el 29% de las personas que habían tenido contacto con esta afirmaron haber pagado un soborno.

En el África subsahariana se registraron los índices más altos de pago de sobornos: al menos una de cada dos personas encuestadas informó haber pagado un soborno en los últimos 12 meses. Lo hizo el 36% en Medio Oriente y África del Norte, el 32% en los Nuevos Estados Independientes, el 23% en América Latina, el 19% en los Balcanes occidentales y Turquía, el 15% en Asia Pacífico y tan solo el 5% en los países de la Unión Europea y en América del Norte.

En más de 20 países se aprecian niveles de soborno administrativo notablemente superiores a los denunciados en 2006. El mayor volumen de denuncias sobre pago de sobornos durante 2010 se registra en Afganistán, Camboya, Camerún, Irak, Liberia, Nigeria, Palestina, Senegal, Sierra Leona y Uganda, donde más del 50% de las personas encuestadas había pagado un soborno en los últimos 12 meses.

Casi la mitad de los encuestados indicó haber pagado sobornos para evitar problemas con lasautoridades, y un cuarto afirmó haberlo hecho para agilizar distintos procedimientos.

Lo más preocupante es que los sobornos a la policía prácticamente se han duplicado desde 2006, y también ha incrementado la cantidad de personas que afirman haber entregado sobornos al poder judicial y a las autoridades de registros y licencias respecto de hace 5 años.

En cuanto a los segmentos de población afectados por el soborno, los más perjudicados siguen siendo los sectores pobres y los jóvenes. Al igual que en encuestas anteriores, son aquellos con menores ingresos quienes afirman pagar más sobornos. Los más pobres tienen el doble de probabilidades que aquellas de mayores ingresos de pagar sobornos para acceder a prestaciones básicas.

“La corrupción actúa como un impuesto regresivo y es necesario hacer algo contra esta injusticia. Los grupos marginados y pobres siguen siendo los más vulnerables a la extorsión. Los gobiernos deberían adoptar medidas más enérgicas para identificar los riesgos de corrupción en los servicios básicos y proteger a sus ciudadanos”, afirmó Labelle.

Un tercio de todas las personas menores de 30 años afirman haber pagado un soborno en losúltimos 12 meses, y en el caso de los mayores de 51 años son solo 1 de cada 5.

Lamentablemente, son pocas las personas que confían en su gobierno o políticos. De cada 10 personas, 8 sostienen que los partidos políticos son corruptos o sumamente corruptos. La administración pública y los legisladores se ubican inmediatamente después de estos entre las categorías de instituciones más corruptas.

La mitad de las personas entrevistadas consideran que las medidas tomadas por su gobierno para contrarrestar la corrupción son ineficaces. Esta opinión no se ha modificado sustancialmente a través de los años. No obstante, las opiniones han empeorado levemente desde 2007 en Asia Pacífico, América Latina y el África subsahariana, si bien mostraron mejoras en los Nuevos Estados Independientes y América del Norte.

Y, si bien una gran mayoría de las personas –7 de cada 10– señala que estarían dispuestas a denunciar los hechos de corrupción de los que han sido testigos, la proporción se reduce a la mitad cuando se pregunta qué actitud adoptarían si fueran ellos las víctimas.

“El mensaje que puede extraerse del Barómetro 2010 es que la corrupción es sumamente perniciosa y consigue desmoralizar a las personas. La buena noticia es que las personas están dispuestas a actuar”, señaló Labelle. “Una protección más efectiva de los denunciantes y un mayor acceso a la información constituyen dos condiciones indispensables. El compromiso del público en la lucha contra la corrupción obligará a las autoridades a tomar medidas y permitirá que las personas tengan
más confianza para denunciar y forjar así un mundo más limpio y transparente”, agregó.




Nota: El Barómetro, en su séptima edición, incluye 86 países. Se realizó entre el 1 de junio de 2010 y el 30 de septiembre de 2010. La encuesta fue llevada a cabo por Gallup International para TI en 84 países. En Bangladesh, la encuesta estuvo a cargo de TI Bangladesh y en Mongolia fue realizada por la Autoridad Independiente contra la Corrupción (Independent Authority against Corruption) de ese país.